Hoy en clase hemos estado hablando de estas dos imágenes. En primer lugar nos encontramos ante un anuncio de un perfume. La marca de este perfume está asociada al lujo y la exclusividad. En la imagen podemos ver en la parte inferior un vestido rojo, que lo podemos identificar con un muro. Tras el muro una mujer bella, entre el muro y la belleza de la mujer el perfume. Lo que nos quieren decir con este anuncio es que la única manera de pasar el muro y acceder a la belleza de la mujer es abriendo el bote de perfume.
La segunda imagen es un retrato del Cardenal Richelieu, realizada por Philippe de Champaigne. La imagen nos da una sensación de riqueza. La pose que tiene, la ropa con la que se viste, los telares del fondo de la imagen, el habitáculo en el que se hace el retrato... Son elementos que nos llevan a pensar que hay riqueza y lujo.
Estas dos imágenes están lejanas en el tiempo, el retrato es de mediados del siglo XVII mientras que la imagen para publicitar el perfume es una imagen actual. Viendo estas dos imágenes me pregunto ¿tienen estas dos imágenes tener un mismo fin?. Pues en cierto modo sí, cada una en su época, intentan vender el lujo, poder, clase, estilo... Las dos están hechas para vender, una para vender un perfume y otra para vender al pueblo que se está pasando por un momento de grandeza, institucionalmente hablando.
En cuanto al perfume, también cabe analizar un tema del que ya ha hablado mi compañera Patricia Pérez en su blog see what you are looking at. ¿Nos están vendiendo solo un perfume?, estoy segura de que no. Nos están vendiendo a mujer perfecta, con un físico espectacular y sin ningún tipo de defecto, alta y delgada. Y lo peor es que mucha gente no se da cuenta de los problemas que está creando tener a este tipo de mujeres perfectas e irreales como modelo de mujer real. Nos quieren hacer ver que a través del perfume se puede acceder a la belleza de esta mujer, una belleza completamente irreal.
Publicidad de Loewe y retrato Cardenal Richelieu
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